I. Contexto
La noción de economía popular es recurrente en los países de América Latina y, en su formulación más estricta, abarca aquellas actividades que no están sujetas a regulación ni supervisión gubernamental, tales como la venta, distribución o fabricación a pequeña escala llevada a cabo de manera autónoma (Henning, 1978). Conforme al Plan Nacional de Desarrollo 2023, la economía popular se define como las actividades comerciales y no comerciales realizadas por unidades económicas de baja escala en funciones personales, familiares o constituidas empresarialmente de manera individual o asociativa. La vinculación entre informalidad y economía popular es evidente; según las adaptaciones colombianas bajo los criterios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los empleos informales, en primer lugar, engloban aquellos desempeñados en establecimientos, empresas o negocios con hasta 10 trabajadores, junto con otros indicadores relevantes.
En este contexto, los micronegocios, definidos como empresas de pequeña escala, exhiben informalidad debido a la carencia de requisitos legales como el registro mercantil y una contabilidad completa. Dada la naturaleza de sus operaciones, un elevado porcentaje de los micronegocios se encuentra inmerso en esta esfera de informalidad. Según los estudios del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), para el año 2022 más del 95% de las empresas en Colombia fueron empresas catalogadas como micronegocios, esto no quiere decir que su ingreso o incluso su cuota en el mercado sea de pequeña escala, podemos entender que sus servicios sean pequeños, pero capturar grandes capitales.
II. Metodología
El presente estudio se fundamentó en el análisis de la Encuesta de Micronegocios (EMICRON) correspondiente a los años 2019, 2021 y 2022. Su propósito es proporcionar insumos sustantivos para comprender la configuración de la economía popular, así como abordar las problemáticas inherentes a la misma. Las recomendaciones derivadas de este análisis tienen la intención de constituir un recurso relevante para la promoción de un desarrollo más sólido y una expansión significativa en el entramado económico. En este contexto, el enfoque central del estudio se dirige hacia los micronegocios con ingresos limitados, identificados como aquellos que no superan los 50 salarios mínimos mensuales vigentes, y se circunscribe específicamente a la zona urbana de la ciudad.
Gráfica 1. Número de micronegocios
II. Resultados
Los micronegocios identificados en el contexto de la economía popular exhibieron una dinámica inicialmente volátil, marcada por la referencia al año base. No obstante, los periodos subsiguientes no reflejaron la misma tendencia. El análisis del total de micronegocios estandarizados por población reveló que Armenia registró 14 micronegocios de baja escala por cada mil habitantes en el año inicial, aumentando a 16 en 2021, pero experimentando una reducción a 5 en el último año. La capital quindiana ocupó la posición líder en los dos primeros años de análisis, mientras que en el año 2022 descendió al segundo lugar en el mismo ranking. A pesar de la volatilidad en cifras absolutas, se evidencia que Armenia se ha mantenido consistente entre las economías de baja escala de la región cafetera.
Gráfica 2. Logaritmo de las ventas y el consumo anual de los micronegocios precios año base 2019.
En el año 2019, las ventas promedio para Armenia alcanzaron aproximadamente $18,800,000, disminuyendo a $15,500,000 en 2021 y aumentando ligeramente a $15,700,000 en 2022. En paralelo, los gastos en consumo fueron de $ 9’600.000, $8,200,000 y $7,300,000 para los mismos años, respectivamente.
A pesar de la expectativa de una fuerte correlación positiva entre las ventas y el consumo, la relación entre estas variables resulta es significativamente positiva, manifestándose mediante un coeficiente de Pearson de 0.52. Aunque esta correlación se clasifica como moderada, este fenómeno plantea la necesidad de una evaluación más detallada de las prácticas financieras y estrategias de gestión para garantizar la sostenibilidad y rentabilidad del negocio en el futuro.
Gráfica 3. Número de micronegocios de Armenia según el sexo del propietario
En el caso específico de Armenia, la distribución de los micronegocios de baja escala muestra una marcada tendencia hacia la administración femenina. En el año 2019, la proporción era de aproximadamente tres micronegocios dirigidos por mujeres por cada micronegocio cuyo propietario era un hombre. En el transcurso de los años, esta brecha ha experimentado una disminución significativa, alcanzando alrededor de dos micronegocios para cada uno dirigido por hombres en el año 2021. Notablemente, esta convergencia se ha intensificado aún más en el año 2022, donde la proximidad entre ambos géneros empresariales es cercana a la unidad.
IV. Análisis
La economía popular se distingue por su resiliencia y adaptabilidad, surgiendo como una actividad orientada a la subsistencia en respuesta a la falta de empleo consistente. Las personas involucradas en esta forma de actividad se ven compelidas a tomar decisiones empresariales por cuenta propia. Aunque estas decisiones contribuyen a la generación de empleo, no se califican como empleo de calidad debido a las inestabilidades laborales inherentes a este entorno.
Este informe propone una metodología robusta para medir las economías populares, considerando la formalización e indicadores de crecimiento. Siguiendo la teoría de los modelos de crecimiento con tasa de ahorro, se destaca que la acumulación de capital tiene un impacto directo en el crecimiento económico (Martin, 1994), y esta premisa puede extrapolarse a las economías populares.
Adicionalmente, se plantea la medición de la accesibilidad a la banca financiera como un componente esencial del flujo y apalancamiento financiero en este contexto. Esta evaluación por componentes inherentes no es alta. Sin embargo, este es marco de referencia para el aumento de estas economías.
Tabla 1. Indicadores para Armenia de economía Popular.
La formulación de este indicador se basa en la observación del cumplimiento positivo de los indicadores propuestos. En el año 2019, dicho indicador se situó en un 0.03%, mientras que, en los años siguientes, mostró un estancamiento absoluto, situado en 0%, lo que refleja la ausencia de un tejido significativo en estas economías, conforme a las expectativas preestablecidas.
Por otro lado, el indicador de formalidad exhibió un crecimiento gradual, registrando un 6% en 2019, un incremento a 8.2% en 2021 y una posterior elevación a 9% en 2022. Estos valores indican un progreso sostenido en la formalización de las actividades económicas analizadas, sugiriendo un posible fortalecimiento de la estructura y base de estas economías en el período considerado.
V. Conclusiones
Las economías de baja escala, especialmente evidentes en toda la región cafetera, exhiben una notable volatilidad, un comportamiento intrínseco a la dinámica de subsistencia. A pesar de que los ingresos promedio no son elevados, se observa una práctica atípica en cuanto a los gastos, los cuales son considerablemente superiores en unidades particulares, superando las expectativas de un comportamiento homogéneo.
Estas unidades, en su mayoría lideradas por mujeres con una edad promedio superior a los 50 años, enfrentan desafíos significativos en términos de apalancamiento y ahorro en sus actividades económicas. La falta de conocimiento y las fluctuaciones pronunciadas en el flujo de capital son las principales razones que explican la ausencia de prácticas de ahorro y apalancamiento. En consecuencia, no perciben la necesidad de cumplir con los requisitos legales y llevar a cabo contabilidades más elaboradas, lo que refleja la urgencia de abordar estas deficiencias para mejorar la estabilidad y la viabilidad a largo plazo de estas unidades económicas.
VI. Recomendaciones
Proponemos una visión diferente no basado en acceso a mercados financieros principalmente si no que para estas unidades se debe impulsar la competitividad y no la supervivencia esto implica un crecimiento con miras a la industrialización y generación de valor agregado, para esto se debe integrar de manera solida esta economía popular al sector productivo. La formalización de esto se construye con enfoques de logísticas eficientes e integradoras, que puedan lograr generar con más solides la base de requerimientos de apalancamientos financieros, logrando así por esta ruta la estabilidad y posterior crecimiento. Con esto nuestro enfoque se basa mejorar los ejercicios de la práctica de sus actividades mancomunadas con aislar de préstamos poco formales.
Referencias
Henning, P. H. (1978). The urban popular economy and informal sector production.
i Martín, X. S. (1994). Apuntes de crecimiento económico.